sábado, 29 de diciembre de 2007

Días 30

Pero, bueno, ¿qué pasa con los días 30? ¿Que me traen suerte? ¡Sí! De nuevo a lo (antes) visto y no visto, al reencuentro con el pasado. Se han cumplido mis esperanzas. ¿Veré ahora?
¡Muchas gracias, Destino!

GENTE

El hombre parece no estar creado para ser feliz, y, en la tierra, tampoco para ser desgraciado, sino para ser durmiente.
(:=) Copyrigth.

lunes, 10 de diciembre de 2007

Leer

Estoy en una buena lectura: "Spe Salvi", pero... antes leí: "Deus Caritas Est".
Ahí: http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/encyclicals/documents/hf_ben-xvi_enc_20051225_deus-caritas-est_sp.html

sábado, 8 de diciembre de 2007

Tibi laus, Tibi glória, Tibi gratiárum áctio in sæcula sempitérna, o Beáta Trínitas!

viernes, 7 de diciembre de 2007

Esperanza

Somos más fuertes cuando esperamos que cuando poseemos. Cuando poseemos a Dios (o creemos poseerlo), lo reducimos a aquella pequeña cosa que conocemos y captamos de él, y lo convertimos en un ídolo... pero si sabemos que no le conocemos y si esperamos que él se nos dé a conocer, entonces somos captados, conocidos y poseídos por Él"
(Paul Tillich).

miércoles, 5 de diciembre de 2007

Principio y ley


Es un principio, una ley, el que cualquier cosa que Dios haga será necesaria para siempre.

sábado, 1 de diciembre de 2007

ALABO

Alabo el desapego más que toda misericordia, porque la misericordia consiste en que el hombre sale de sí mismo para ir hacia las miserias de su prójimo y su corazón se turba. El desapego está exento, permanece en sí mismo y no se deja turbar por nada. Porque siempre que algo puede turbar al hombre, no es como debe ser.

¡Ay, Dios!


Que me ha entrao un pesar o un no sé qué... un malestar o una emoción, que ambas cosas son lo mismo, porque no hay nada como la impasibilidad del sabio, pero ese no es mi estado hoy, que he acudido a la cita después de casi 40 años para volver a encontrarme con esa persona... Estas cosas sólo debieran pasar en las películas, pero no, ha sido real: yo estaba allí, esperando... y llegó. Y me dolió tanto ese momento que inmediatamente pensé: "sólo hoy y nunca más". Charlamos. -"Qué bien te encuentro", "estás fenomenal", etc. Trivialidades. Mientras, intentaba no recordar lo que me había sucedido a lo largo de esos casi 40 años... Parecía un momento "de muerte", agonizaba y semi recordaba, y quería salir de aquella estación, que se marchara en su dichoso tren, porque los escasos 20 minutos que duraría el reencuentro se me estaban haciendo la eternidad. ¿Puede pesar tanto la alegría? Me cogió del brazo y ¡hala! a correr y a soltar palabras con que rellenar los instantes, el tránsito hacia su siguiente viaje. Parecía todo tan fácil... pero yo temía decir cualquier barbaridad que lo estropease todo porque había perdido el "control del diccionario", me acordaba de tanto y de nada, padecía bloqueo mental, sentía que me moriría si aquello se prolongaba. ¿Después de casi 40 años se puede decir: "qué bien te encuentro", estás fenomenal?"
Contradicción: Quisiera quedar, que quedásemos una vez más... aunque solamente fuera para comprobar si este estado de bobería en que me ha dejado es producto de la emoción "porque ya estoy tan mayor..." ¡Ay, Dios! Te doy gracias, pero no me "remuevas". Es muy verdad que me inunda la alegría, pero no me "ahogues". Amén.