sábado, 30 de enero de 2010

Alabando, alabaré

Si cada uno de nosotros confesara su deseo más secreto, el que inspira todos sus proyectos y todos sus actos, diría: "Quiero que me alaben". Nadie se atreverá a ello, pues es menos deshonroso cometer una iniquidad que proclamar una debilidad tan lastimosa y humillante, debida a un sentimiento de soledad e inseguridad que padecen, con la misma intensidad, los rechazados y los afortunados. Nadie está seguro de lo que es ni de lo que hace. Por imbuidos que estemos de nuestros méritos, la inquietud nos consume y, para vencerla, estamos deseosos de que se nos engañe, de recibir la aprobación venga de donde y de quien viniere. El observador descubre visos de súplica en la mirada de quienquiera que haya terminado una empresa o una obra o se entregue simplemente a algún tipo de actividad, sea la que fuere. Se trata de una dolencia universal y, si Dios parece inmune a ella, es porque, una vez acabada la Creación, no podía esperar alabanzas, por falta de testigos. Cierto es que se las concedió a Sí Mismo, ¡y al final de cada día!

miércoles, 20 de enero de 2010

Ser de luz

Quienes transitamos los caminos de la vida buscando nuestra realización espiritual vamos por muchos lados para saciar nuestra sed. A veces encontramos verdades claras, otras son espejismos o informaciones incorrectas. Siempre avanzamos, porque en algún lugar de Universo debe estar lo que buscamos, resonando con nosotros, de lo contrario no habría motivo de búsqueda. Muchas veces incorporamos conocimientos, conceptos, frases sin entender totalmente lo que significan pero suelen resonar fuerte en nuestro interno y lo aceptamos como verdades incuestionables.
Una de esas frases que yo acepté como auténtica, pero no terminaba de comprender racionalmente era: Somos seres de luz.

Me gustaba cómo resonaba, me sentía un ser de luz, me comparaba con la aureola de los santos, me sentía irradiando mi alegría y mi espíritu, a veces podía visualizar mi resplandor en un espejo. Pero también me quedaba una sensación de incertidumbre.

¿Por qué dirán los Maestros que somos seres de luz?

Hay que ampliar la conciencia, hasta que no queden dudas. Buscar ese eslabón perdido que nos desconectó de la Fuente. La ciencia, que tantas veces cuestionó las manifestaciones del espíritu, finalmente se va acercando para soldar la cadena de nuestra evolución, para unir materia y espíritu.

“Somos seres Carbono-Químicos-Eléctricos-Lumínicos” Cuando encontré esta definición se iluminaron muchos interrogantes, se armó un entramado de relaciones que tenía sentido.

Somos seres en cuerpo físico, por lo tanto estamos dentro de un cuerpo que realiza procesos químicos. La composición química del cuerpo humano desempeña un rol importante en el proceso evolutivo. La dieta, el ejercicio físico y aun el aire que respiramos y nuestro estado mental, todo contribuye a esta composición química que nos da equilibrio y bienestar. Uno de los sistemas químico-biológico con un importante rol en nuestra evolución es el sistema endocrino. El sistema endocrino es una réplica física de las estructuras de energía sutil que forman nuestros cuerpos energéticos. Las glándulas endocrinas producen sustancias químicas altamente especializadas, las hormonas, que se liberan en la química del cuerpo en momentos precisos y por razones específicas. Las hormonas tienen funciones claves, entre ellas, el abrir zonas dentro del cerebro que pueden desencadenar nuevas capacidades mentales y nuevos estados de conciencia para nuestro crecimiento espiritual.

Por eso necesitamos un equilibrio hormonal.

La ciencia moderna también ha establecido la naturaleza electroquímica de nuestros sistemas físico-biológicos. Nuestro organismo es también de naturaleza electromagnética. Como seres electromagnéticos estamos constituidos por un campo energético que contiene luz visible e invisible. Sabemos, a partir de la física cuántica, que la luz es el componente básico del campo electromagnético. Por lo tanto, estamos compuestos por un campo de energías lumínicas electrobioquímicas. Si tuviéramos la capacidad de percibir con nuestros ojos físicos el verdadero espectáculo de luz que produce un campo electromagnético, podríamos constatar esa la idea de “somos seres de luz” o “ tenemos un cuerpo de luz”.

En consecuencia, al ser electromagnéticos y estar conectados a la luz, somos seres de luz, así como seres químico-eléctrico-lumínico. Aunque nos proclamemos seres de luz, debemos honrar nuestra herencia química y elegir con sabiduría y discernimiento todas las sustancias que incorporamos a nuestro cuerpo.

A medida que elevamos nuestra conciencia, decidimos de modo espontáneo evitar productos químicos. Como seres de luz podemos alterar nuestras frecuencias vibratorias y al hacerlo podemos desarrollar habilidades para la regeneración instantánea, la curación acelerada o el aminoramiento del envejecimiento. Estamos desarrollando mayores habilidades para acceder y expresar más nuestra naturaleza lumínica- (espiritual) – eléctrica. Estamos aprendiendo a integrar las facetas químico-eléctricas de nuestro ser y conforme lo hacemos, estamos aprendiendo a utilizar nuestra naturaleza eléctrica para lograr una gran variedad de estos ideales de bienestar.

La comprensión de nuestra naturaleza química-eléctrica-lumínica nos da la oportunidad de utilizar más de nuestra naturaleza eléctrica para desarrollarnos física, emocional y espiritualmente. En otras palabras podemos modular nuestras frecuencias vibratorias. Poseemos circuitos energéticos que pueden ser modificados mediante procesos de pensamientos positivos y resonantes.

Cada día mas la ciencia y el espíritu se acercan.

Los seres en el camino de desarrollo espiritual pueden explicar científicamente como se producen sus estados de expansión de la conciencia, por qué en un momento se sienten iluminados. Todas las sanaciones energéticas tienen su explicación en estos procesos electromagnéticos del cuerpo energético humano. Los estudiosos de las llamadas ciencias naturales se acercan ya a la intangibilidad de la materia e ingresan de la mano de la física cuántica en el hiperespacio para conocer nuestro Universo desde la multidimensionalidad.

HIPERESPACIO: las dimensiones que se hallan más allá de las tres dimensiones habituales. En el hiperespacio no hay espacio ni tiempo, todas las acciones y actividades son instantáneas. Matemáticamente, el hiperespacio es un espacio que puede contener dos o más espacios tridimensionales en el mismo lugar y el mismo tiempo. La frecuencia, las fases y la amplitud están entre las características que definen las dimensiones del hiperespacio.

(Del libro: “Entramados de Conciencia” Peggy Dubro y David Lapierre)

viernes, 15 de enero de 2010

Avatar

Aparte de lo que diga Aciprensa y L'Osservatore Romano, que lo dice bien clarito AQUÍ, hoy quiero resaltar que mi opinión sobre esta película coincide totalmente con la que Santiago Navajas vierte en su blog de cine, opinión que también os dejo a continuación:

Avatar: Pandora pertenece al viento.

Me encantan estas casualidades. La primera película que veo en este año desde mi flamante silla de ruedas es sobre un tipo en silla de ruedas. Sin embargo, pronto se me pasa el efecto de reconocimiento con el protagonista ante el burdo ejercicio de espiritualidad New Age obamita y la rancia puesta en escena de un James Cameron que vende el arte cinematográfico a un cansino y repetitivo ejercicio de piruetas en 3D.

Obsesionado por ser ingenioso con la tridimensionalidad reduce la historia y sus protagonistas a una unidimensionalidad paradójica, porque pretendiendo convertirse en adalid de los "indios" azules la película rezuma ese sutil racismo que convierte en Mesías de los oprimidos a un miembro de la especie opresora, el cual se permite incluso el lujo de despreciar su lengua.
Mel Gibson fue infinitamente más honesto en Apocalypto.
La historia es la ya muy rancia de Bailando con lobos (en este caso, dragones voladores), El último samurai y Pocahontas, con toques luditas, anticapitalistas y antimilitares, todo ello salpicado con la hipótesis Gaia.

Desde el punto de vista estrictamente cinematográfico es un callejón sin salida de lo que puede significar la tridimensionalidad entendida como un fin en sí mismo. Desde el punto de vista político, el triunfo de esa mentalidad blanda y sentimental, profundamente hipócrita, de las almas bellas que se atreven a recitar con sonsonete de sermón sacerdotal "la tierra pertenece al viento" mientras contaminan como el que más, o critican la tecnología deshumanizadora a lomos de un monstruito de efectos especiales.

PD. Una mención especial merece la banda sonora de James Horner, una secuencia de gorgoritos angelicales. Desde luego si los coros de serafines se dedican a cantar eso en el Paraíso prefiero con mucho el infierno dodecafónico. Otra mención especial para la etnomusicóloga que ha diseñado los bailes colectivistas de los "indios" azules, una mezcla entre discoteca ibicenca y desfile estalinista conducido por un chamán vudú ecologista.

jueves, 14 de enero de 2010

¡Milagro?

Pues parece que la Virgen se está apareciendo a muchos y en muchas partes.
Este vídeo que aquí os dejo es de su última “visita”, en el Cairo, Egipto, sobre una iglesia ortodoxa-copta. La vieron miles de personas, que, alborozadas, cantaron y rezaron, aplaudieron, entusiasmadas con el milagro. También aparecieron palomas que revolotearon los alrededores. Creo fue a la 1.30 de la noche del día 10 de diciembre de 2009.
Bueno, os dejo el vídeo y que cada cual saque sus propias conclusiones. La mía no la digo (es provisional).

miércoles, 13 de enero de 2010

Si hoy no le ves

La vida está en el instante. Únicamente en él podemos experimentar a Dios. "Crees que verás a Dios y su luz. Necio, nunca le verás si hoy no le ves." (Angelus Silesius)
Pero ¿cómo es este camino? Desde luego, no tiene nada que ver con un comportamiento elitista.

No son míos los días que el tiempo me quitó.
No son míos los días que aún están por venir.
El instante es mío, y si presto atención a él,
mío será aquel que hizo el tiempo y la eternidad.

(Andreas Gryphius)

Y un texto del sánscrito dice:

¡Presta atención a este día, pues es la vida, la vida de toda vida!
El ayer no es nada más que un sueño
y el mañana tan sólo una visión;
el hoy, sin embargo, bien vivido,
convierte todo ayer en un sueño lleno de dicha
y todo mañana en una visión llena de esperanza.
Por eso, ¡presta atención a este día!

Dios está en el andar, en el estar de pie, en el limpiar, en el cocinar, en la lectura, en el escuchar música, etc. Dicho así, parece hasta de mal gusto. Pero si decimos: la vida consiste en andar, en estar de pie, en limpiar, en cocinar, en leer, en escuchar música, etc., entonces resulta aceptable.
Pero, ¿en qué consiste la diferencia entre Dios y Vida?

domingo, 10 de enero de 2010

Con besos "doraos"


Por casualidad se cuelga
el sombrero del perchero
“lanzao” a siete metros
con los ojos “vendaos”.
Por casualidad se cuelgan
de un abismo mil ideas,
ideas que me abren camino
con los dedos “cruzaos”.

No es casualidad que el aire
encaje en mis pulmones,
no es posible que el azar
nos regalara cuatro estaciones.
Por casualidad
no creo estar aquí,
pensando en ti
alguien tuvo que escribir.

Pergaminos de cristal,
con tintura de avellana
y en la noche dibujar,
la luna de porcelana.
Y es mucha casualidad,
que después de la tormenta,
la lluvia nos recompensa,
con un arco de colores.

Sortilegios de coral
entre espumas y océanos
y en el viento colocar
los jazmines de verano
y es mucha casualidad
que después de la tormenta
la lluvia nos recompensa
con un arco de colores.

Pero qué bien “colocao”
está el sol que no quema los campos
y es que encima los bendice
con besos “doraos”,
Pero qué bien le sientan
a las flores las abejas,
que les trae la descendencia,
qué bien “preparao”

Por el ojo de una aguja

Entrevista al neurólogo Francisco J. Rubia, Catedrático de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense, que junto una extensa carrera investigadora en España y Alemania, ha llevado a cabo una labor divulgativa. En su último libro, El fantasma de la libertad (Crítica, 2009) al intentar difundir entre el público los debates de la neurociencia actual, Rubia habla de temas que, sin embargo, tienen una trayectoria de siglos en la historia de las ideas: como son la memoria, la consciencia, la libertad individual, las experiencias religiosas o los límites del conocimiento humano. Desde una postura especialmente escéptica, Rubia nos invita a no olvidar nunca el filtro neurológico a través del cual pensamos y sentimos la realidad.

-- Pongamos por ejemplo que intento traer a la memoria algunos datos sobre su libro que leí hace unos meses… ¿Que sucede entonces en mi cerebro?

FR. Ese es el problema más importante de la neurociencia, que no podemos entrar en la subjetividad de los demás. Por inferencias o analogías sacamos conclusiones pero no son fidedignas al 100%, claro.

-- ¿Y si tuviésemos aquí un escáner que permitiese observar el proceso de recordar?

FR. Eso probablemente pueda hacerse en el futuro. Acceder a la memoria implícita, pero por el momento hay una inmensa parte de esa memoria que influye en nuestro comportamiento pero a la que no podemos acceder. Yo suelo mencionar esto cuando hablo de que la libertad sea una ficción cerebral. La gente se escandaliza porque siente que es libre de elegir, pero no le escandaliza que no controlemos lo que tenemos en la memoria, que, desde el punto de vista biológico, es mucho más importante que la libertad.

-- ¿En que sentido?

FR. Porque es absolutamente imprescindible para nuestro comportamiento, nosotros cada vez que nos encontramos ante un determinado suceso o evento consultamos con la memoria si es peligroso o no, la memoria es fundamental. La libertad no. Podemos estar determinados y no hay problema de supervivencia. Es más, yo estoy convencido de que estamos determinados porque el cerebro es materia y la materia del universo está sometida a las leyes deterministas. Eso ya lo decía Albert Einstein cuando se preguntaba ¿Por qué el cerebro iba a ser una excepción?…eso siempre que no seamos cartesianos dualistas y pensemos que el cerebro está influenciado por un ente inmaterial. Pero ese dualismo la neurociencia lo ha abandonado prácticamente. Primero porque no hay forma de explicar cómo interactúa un ente inmaterial con la materia, porque para mover materia hace falta energía. Y en segundo lugar porque tampoco se ha observado en el cerebro ninguna estructura que responda a algo que viene de fuera del cerebro. Hoy se sabe que la mente no es otra cosa que la actividad del cerebro.

-- Sin embargo hay resistencia a abandonar la idea de libertad o libre albedrío.

FR. Hay resultados experimentales que demuestran que la libertad puede ser otra ficción. Cada vez que tomamos una decisión el cerebro se pone en marcha mucho antes de que tengamos la sensación subjetiva de estar decidiendo. Por lo cual esta sensación es una consecuencia del proceso y no su origen. En un experimento en Berlín en 2008 se ha encontrado que esta decisión inconsciente se produce incluso diez segundos antes. Desde el momento en que renunciamos al dualismo cartesiano entonces ya se pone en entredicho la libertad. Una cosa es tener diversos grados de elección. Que tenemos distintas posibilidades de elección está claro, pero también las tiene la ameba el lagarto y el chimpancé. Pero si no sabemos por qué elegimos lo que elegimos entonces no hay libertad.

-- Pero todo nuestro sistema legal se basa sobre esta idea de libertad.

FR. Claro. Y esta es la razón por la que en Alemania hay iniciativas para cambiar el código penal. En ese país la discusión es mucho más activa que aquí en España, donde apenas nos estamos enterando. Hay encuentros entre especialistas en derecho penal y neurocientíficos que discuten de manera muy intensa porque finalmente todo el código penal descansa sobre la culpabilidad del reo. Y si el que comete el delito no es culpable pues cambia todo el sistema. Aunque probablemente no cambiará nada en el sentido de que una persona que delinque tendrá que seguir siendo encerrada, o apartada de la sociedad, sobre todo si su disposición es a reincidir en el delito. El violador del Ensanche por ejemplo estaba convencido él mismo en que era imposible rehabilitarlo, los que no lo teníamos claro, con una especie de samaritanismo, éramos los demás.

-- ¿Entonces seguirían habiendo penas y castigos pero perderíamos la valoración moral que las acompaña?

FR. Perderíamos la imagen que tenemos de nosotros mismos, que es falsa. Que somos libres, que somos magníficos. Bueno, no sería nada nuevo, históricamente teníamos la firme impresión de que la Tierra era el centro del universo. Y tardaron veinte siglos para revisar una creencia basada en la impresión subjetiva y las sagradas escrituras. Pasó también lo mismo con la creencia de que la tierra es plana, algo que percibimos claramente y sin embargo no es así. Hay que poner en entredicho nuestras percepciones.

-- ¿Y que ventaja evolutiva podría tener esta creencia en que somos libres?

FR. No sé que ventaja podría tener. Lo único que sé es que es muy probable que sea una equivocación. No me fío de la idea que tenemos de nosotros mismos y del mundo, que de seguro son equivocadas. Kant ya decía que tenemos unos anteojos con los que vemos el mundo, esos anteojos son el cerebro y estoy seguro que conforme vaya avanzando nuestro conocimiento del genoma humano descubriremos toda una serie de predisposiciones genéticas para ver el mundo como lo vemos. El mito de que venimos al mundo como una tabula rasa es una estupidez.

-- ¿No hay ruptura entonces entre animales y humanos desde el punto de vista de la consciencia?

FR. Claro que no, no hay células distintas en el cerebro, lo único que cambia es la cantidad. Los chimpancés, los elefantes, los delfines, las ballenas, todos se reconocen en el espejo, porque tienen una autoconciencia. Esta es una cualidad que también creíamos exclusiva del ser humano y no lo es.

-- ¿Puede que la inteligencia artificial lo sea también algún día?

FR. Queda mucho por salvar pero yo estoy seguro de que es la conclusión lógica si uno no piensa que hay un ente inmaterial manejando los hilos. Si considero que todas las propiedades del cerebro son materia, incluyendo la espiritualidad… Se ha demostrado que si yo estimulo una parte del lóbulo temporal obtengo experiencias místicas y espirituales. Dado un suficiente nivel de complejidad aparecen propiedades nuevas, luego es lógico pensar que si conseguimos con las máquinas un nivel de complejidad como el que tiene el cerebro seguramente…

-- Pero para ser inteligentes o incluso espirituales las máquinas deberían tener algo parecido a emociones.

FR. Por supuesto, es que el cerebro no es lógico, y ya se está experimentando con imitar en máquinas los procesos de lógica difusa. O la mezcla de componentes biológicos y artificiales.

-- Ya que ha mencionado las experiencias espirituales: ¿Tiene sentido hablar de neuroteología?

FR. Me parece un término falso. ¿Qué significa? ¿Que estamos buscando a Dios en el sistema nervioso? Yo creo que la ciencia no va por ahí, ya que sabemos que Dios no es una hipótesis que se pueda demostrar o falsar. Así que neuroteología ya es término sesgado a favor de la religión. Otra cosa es que haya una neuroespiritualidad, una experiencia privada y subjetiva. La gente suele confundir la religión, que es una construcción social, con la espiritualidad. Y no son lo mismo, aunque todos los creadores de religiones tuviesen experiencias de este tipo. Y hay también espiritualidades sin religión como la de Buda o Lao Tse. La espiritualidad es algo inherente al cerebro humano y por eso el ateísmo que quiere erradicar no solo la religión, sino también la espiritualidad está llamado al fracaso porque ésta va a surgir siempre de nuevo.

-- Aunque habría quien considere que estas experiencias místicas serían otro de los engaños que nos tiende el cerebro.

FR. No son engaños en cuanto a que son sensaciones que pueden producirse con la estimulación eléctrica, la epilepsia, la anoxia o ciertas drogas.

-- Me refiero a engaño en el mismo sentido que usted habla de que el “yo” es un engaño: como una ilusión que no nos permite ver la realidad.

FR. Es otra posibilidad de ver el mundo, una sería la visión analítica dualista y luego estaría esa visión más holística. Son unos anteojos distintos. Ahora ¿Qué es el mundo fuera de nosotros? Eso no lo vamos a poder saber nunca, así que me da igual. ¿Saber cómo es el mundo fuera de la visión que tenemos? ¡Es que es imposible!. Es como el filósofo que se preguntaba cómo sería el mundo de un murciélago. Pues ni idea, si el murciélago tiene unos sentidos con unos filtros totalmente distintos que los nuestros. ¿Saber cómo es el mundo fuera de nosotros? Es una cuestión que no tiene sentido.

-- ¿Sin embargo no eso es lo que se propone hacer la ciencia? ¿Al menos ciertas definiciones de ciencia?

FR. Bueno. Es que la neurociencia está corrigiendo esa visión. Advirtiendo de la posibilidad de que nos estemos engañando constantemente. Yo cito siempre a Giambattista Vico que ya decía en el siglo XVIII que las percepciones, ni los sonidos, ni los gustos ni los sabores están en la naturaleza. Las cualidades de las cosas, que los filósofos llaman qualia, no están en la naturaleza.

-- Entonces cambiará también nuestra percepción de la relación entre ciencia y religión.

FR. Es que eso es un tema que yo nunca he entendido, porque cada una apela a cosas distintas. Y posiblemente a estructuras distintas del cerebro. Porque la religión está basada en las sensaciones subjetivas y la ciencia no, la ciencia está basada en un método bajo ciertas condiciones que a la religión no le interesan. Tengo amigos que luchan por unir ciencia y religión pero es que no están tratando sobre las mismas cosas. También se dice que son formas complementarias de ver el mundo. Será verdad pero hay una diferencia: que la ciencia acumula conocimientos, la religión no. Y la ciencia permite una evolución hacia algo mejor, mayor esperanza de vida por ejemplo. Sin embargo la religión permanece estable o en todo caso ha empeorado. Todo aquello de que antes entrará un camello por el ojo de una aguja que un rico en el reino de los cielos….en fin.
(Por Enrique Rodríguez Garrett).