viernes, 27 de noviembre de 2009

Una de perros

Entre unas cosas y otras llevo una temporada de muchas ocupaciones, sin tiempo para dedicarlo al blog, mientras espero una pizca de desahogo os dejo este sencillo problemita, a ver si lo resolvéis rápidamente.
"Mi padre sacó un plato de galletitas para sus perros. Primero, se acercó el más viejo y se comió la mitad más una. Luego se aproximó el segundo perro y comió la mitad de lo que encontró y una más. Luego vino el tercero y comió la mitad de lo que halló y una más. Luego el cuarto y más pequeño se acercó y comió la mitad de lo que encontró y una más, y las galletitas se acabaron.
¿Cuántas había en el plato al empezar? Es decir, ¿cuántas encontró el primer perro?"
Bien, pues ya me diréis, es muy sencillo.
Para acompañar este post os dejo una auténtica foto de mi padre examinando el horizonte ruso, en 1943. (Por entonces, aún no era mi padre, je, je!) Y os participo que hoy es mi cumpleaños.
Os invito a una copa virtual.

jueves, 12 de noviembre de 2009

Cienfuegos. Yacht Club

Sí, Pili, íbamos por que lo óntico no es lo ontológico ni lo ontológico se deja equiparar a lo epistemológico, cuando, una vez terminada la sesión de Pilates, te encaminabas a iniciar la de Fitness acuático... Yo me dispuse a tomar un caramelo de eucaliptus sin azúcar, y tú añadiste que la racionalidad del hombre no es identica a su ser y que la mente tiene poder de veto sobre las acciones humanas, pero no es su motor ni su guía, porque el pensar nos descubre, e incluso revela el Ser, pero ni nos lo revela todo ni nos dice nada más que lo que en aquel momento el Ser es y cómo generalmente se comporta. Ahí sí, ¿lo ves? estuviste "sembrá", así que lo celebré con un 2º caramelito "Werther'S Original". Cuando ya nos despedíamos me hiciste recordar algo que te rondaba en la cabeza, a saber: que la relación de incertidumbre de Heinsenberg podría ser la metáfora para hacernos comprender que la incertidumbre no sólo es epistémica o debida a la observación, sino que es además ontológica por naturaleza.
En fin, marché pensando que cuando se enterasen Isa y Luisa de lo tuyo...
Como no te gustan las estampitas, te dejo una imagen del 1931, el Yacht Club de Cienfuegos (Cuba).

viernes, 6 de noviembre de 2009

Y uno se cree...


Sí, pasé 10 años de mi vida en los que cada vez que me asomaba a alguno de mis balcones veía exactamente lo que aparece en la imagen (y algo más)pues la foto está tomada desde mi casa (hoy banco BBVA). Ese autobús, el Portillo se llamaba, que me llevaba al colegio, en La Línea de la Concepción; esa entrada a la Alameda en donde tanto jugué, y enterré “tesoros”… El quiosco de la derecha que una noche de tormenta derribó el viento mientras mi madre, mi hermano y yo, atemorizados, rezábamos el Rosario, y el quiosquito bajo el árbol, en donde me surtía de pipas, regaliz, altramuces y cambiaba cuentos del Capitán Trueno. En la foto no se puede apreciar la luz sanroqueña, que es única e inigualable o, al menos, yo la recuerdo así, especial, francamente de ensueño.
A la izqda de esta plaza estaba la casa de mi tía Elvira, mujer de ímpetu, que dedico parte de su vida a la política, llegando a ser Diputada en el Congreso. Otro día hablaremos de ella.
Excuse me, cada vez que me constipo me agarra un regustillo melancólico que da rubor.

jueves, 5 de noviembre de 2009

A. Silesius

Quiero dedicarlo a mi amigo "Äriastóteles".

Die zarte Gottheit ist ein Nichts und Übernichts:
Wer nichts in allen sicht, Mensch, glaube, dieser sicht's

Gott ist so über all's, dass man nicht sprechen kann,
Drum betest du ihn auch mit Schweigen an.

Schweig, Alleliebster, schweig: kannst du nur gänzlich schweigen,
So wird dir Gott mehr Gut's, als du begehrts, erzeigen.

Mensch, so du willst das Sein der Ewigkeit aussprechen,
So musst du dich zuvor des Redens ganz entbrechen.

Je mehr du Gott erkennst, je mehr wirst du bekennen,
Dass du weniger ihn, was er ist, kannst nennen.

Niemand red't weniger als Gott ohn Zeit und Ort:
Er spricht von Ewigkeit nur bloss ein einzig Wort.

Wen du an Gott gedenkst, so hörst du ihn in dir,
Schweigst du und wärest still, er red'te für und für.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Todos los Santos

Pues sí, mi santa madre ganó una vez un concurso radiofónico en donde se preguntaba cómo nos imaginábamos el cielo, la gloria. Había que describirlo y ella lo hizo tan bien, tal como lo pensaba y creía, que ganó el primer premio: unas gafas de sol de prestigiosa marca y óptica.
Hoy, cuando rezaba frente a su lápida del cementerio me vino a la memoria esas gafas tan chulas y aquellas representaciones del paraíso con que mi madre nos obsequiaba y animaba de vez en cuando, pues fue mujer de robusta fe y le gustaba mucho hablarnos de cómo sería eso que “ni el ojo vió ni el oído oyó”( San Pablo, 1 Corintios 2,9) e igualmente de la dicha que sería poder ver a Dios “cara a cara” (y no morir en el intento, añado). Sí, mi madre creía con todas sus humanas fuerzas en Dios, e imagino y no me cabe duda, ahora estará contemplándolo. Por cierto, no sé qué pasó con sus hermosas gafas del premio, que fue a mí a quien envió a recogerlas…