Libertad, libertad...

¿Qué será la libertad? ¿Será la secreta ley que nos mueve y trajina queriéndolo o no? ¿Será el azar revestido de ilusión, de voluntad, de fe en un futuro difícilmente alcanzable? ¿Será este aquí y ahora, este instante de empatía, de confianza, este día eterno y simultáneo en el que todo pasó, pasa y pasará? ¿Será un anhelo inscrito en nuestros genes? Es la chispa que nos hace decidir, optar: esto, sí; esto, no. Pero ¿cuántas veces el no se convierte en sí, y viceversa, a pesar o sin pesar nuestro? Demasiadas definiciones para la libertad, demasiadas categorías.

“Ama-gi”o “volver a la madre” que según parece fue la primera definición escrita.
La verdad nos hace libres… Y el que quiera oír, que escuche. Por el momento, descifraremos el sonido del silencio (que no es la vieja canción).

MONSEÑOR SAMUEL GONZÁLEZ

¿Pero, oiga, que también he de amar a toda la gente que me caiga fatal? Porque si solamente se tratase de a mis hermanos, en la fe, en la afinidad, pero a quienes me caen como un tiro ¿también? Qué escándalo, es un escándalo ¿eh?, sobrenatural.

En fin, a vueltas con el amor cristiano, for ever. Causa de mis desvelos.

Hoy, en Misa, he escuchado a este sacerdote proclamar cómo había perdonado a quienes mataron a su padre y hermano en la guerra civil; a su hermano, porque era sacerdote y a su padre, porque era padre de 2 sacerdotes… uno de ellos, él mismo, que hoy celebraba Misa y aniversario de sus 60 años de sacerdocio. Me ha emocionado.
Y me ha dado tema de meditación.
¡FELICIDADES A MONSEÑOR SAMUEL GONZÁLEZ!

Que a sus 85 primaveras piensa leerse las Obras Completas de San Agustín, 30 tomos, "poco a poco".

"Por mis hermanos y compañeros, voy a decir: "la Paz contigo."

Por la Casa del Señor, nuestro Dios,

te deseo todo bien." BUEN PASTOR.

NOCHE OSCURA

Quisiera dejar más que claro que, hablando de la famosa “noche oscura” de los santos y demás elegidos del Señor que la hayan experimentado, p. ej., Mother Teresa, según se lee en el libro “Ven, Sé mi luz”, no me refiero a que su relación con Dios dejase nunca de estar establecida desde la fe. Es claro que el gusto o el sabor de esta relación resultan accesorios, pero es justamente en esa ausencia de “gusto” en lo que suele consistir la “noche”, no obstante sea ésta sumamente positiva, pues es noche de pasión amorosa que surge de un amor imposible… Pero no es noche por la duda de la existencia de Dios.
No es lo mismo sentirse indigno del amor de Dios, que dudar de su existencia.

LO QUE NADIE SE ATREVE A CONFESAR

Lo “peor” de Mother Teresa es lo fea que fue, su aspecto físico dejaba mucho, pero mucho que desear. Se la mira en las estampas e imágenes y no se puede evitar pensar ¡qué horreur! Es la beata más fea de todas. Uno se imagina que la luz divina que deben irradiar los elegidos transformaría a los callos malayos en beldades o se reflejaría en algunas expresiones de belleza externa, pero no fue así en este caso: Mother Teresa da grima. ¡Qué peñazo añadido cargar durante toda su vida con ese aspecto deplorable!.
No valía un pimiento: bajita, horrenda…
Y encima, ahora nos vienen con esas cartas del libro-exitazo comercial- “Ven, sé mi luz”, en las que cuenta de manera privada sus dudas y achaques, su falta de fe, su “noche oscura” que, al parecer, le duró casi toda su vida. No sorprendería que tamaño caos interior –¡tan humano!- se reflejase en su apariencia exterior.
Así fue durante un tiempo para Job. Porque cuando el Señor prueba, cata bien hasta las heces.
Ya se lo decía Santa Teresa de Ávila (que no fue fea) a Dios: que no era de extrañar que (Él) contase con tan pocos amigos, con lo mal que los trata… Y es que con Mother Teresa se diría que el Señor se hubiera cebado.
Lo sabemos todos: los caminos de Dios son insondables y el aspecto externo, la subjetividad, nada tiene que ver con la verdadera belleza, que siempre está oculta, como Dios mismo. Teresa de Calcuta vivió su vida desde la Voluntad – hacia la oscuridad, navegando sin estrellas y sin brújula, pero segura de su destino: hacer lo que podía por los más pobres. ¡Y cuánto hizo! Su obra la precede.
Eso es Amor. Y lo demás, es plagio.
Alabo y venero a esta próxima santa porque es la cara opuesta del farisaísmo y un exponente máximo de entrega y de fidelidad cristiana.
Señor,
ya estamos solos
mi corazón y el mar.